Seaside Town

Segunda entrada. Tal vez este blog nunca supere la etapa autorreferencial.
Ahora que estoy lejos de casa afloran ciertas urgencias que no siempre fueron tan acuciantes. Comunicar no fue la prioridad en aquellos días. Dudar y alternativamente utilizar válvulas de escape, de eso sí hubo.
-Miento- la comunicación existió, pero la etapa de plasmar siempre fue esquiva. Pocos registros de mis 'Cosas' existen. Sólamente aquellos apretados por la (nuevamente) urgencia. Cuando no podía más que volcar, porque había tenido demasiado. Cuando tenía la esperanza de alguna vez desenrollar esos papiros delante de quien inspirase tales demostraciones. De otro modo, mis 'Cosas' quedaban dentro, o me pasaban inadvertidamente. Cito a Pitucardi (quien es de oro) "las cosas si no las sacás se mueren adentro tuyo". Tal vez evidente, pero muy acertado al fin.
La pregunta es ¿qué cambió?.
Empiezo a responder con otras preguntas. ¿Por qué en mi ciudad no hay tanta movida cultural como en todas las otras ciudades universitarias del país?. ¿Acaso no está llena de jóvenes?, ¿acaso no hay acceso a las influencias?, ¿acaso no hay inquietudes sociales?. Claro que sí. ¿Entonces?.
No recuerdo quién me lo dijo por primera vez, pero tengo una respuesta tentativa:
es el mar.
El mar nos seda. Nos acercamos, se lleva nuestra mirada, y la siguen nuestros pensamientos. ¿Conocen la sensación? El mar es como un atenuante, un amortiguador. Nos tranquiliza, nos pone en perspectiva, nos calma, nos absorbe, no lo sé. Luego vas a casa y tal vez podés dormir.
No puedo emitir juicio acerca de esta cuestión. No sé si es bueno o malo. Es. Y quizás algunas veces, dejarse ir de ese modo sea mejor que plasmar. Digo, porque de tanto en tanto lo extraño.